Eduardo Iglesias Brickles: adiós a un artista con grandes ojos críticos
Por Mercedes Pérez Bergliaffa para Clarín / Fue grabador, pintor y periodista. Trabajó los personajes de Arlt.
Grabador, pintor y también periodista: todo eso era el reconocido artista Eduardo Iglesias Brickles, quien falleció ayer de un paro cardio- respiratorio, como consecuencia de una complicada operación debida al cáncer que padecía.
Era un colaborador regular de la Revista Ñ , donde escribía una columna y también tenía un blog, “Testigo ocular”. En ese espacio, Iglesias Brickles escribió sus últimas líneas algunas horas antes de fallecer.
“Un día te la creés toda y al día siguiente te das cuenta que no sos nada”, escribía Brickles en ese texto. Se trataba de una anécdota sobre Carlos Gorriarena, el pintor, en una frase que podría ser, quizás, premonitoria.
Nacido en 1944 en Curuzú Cuatiá (Corrientes), el artista había sido asistente y alumno de la deslumbrante grabadora Aída Carballo. Con los años obtuvo, entre otros, los premios Konex de Platino –en la categoría “Grabado”– y el Gran Premio de Honor del Salón Nacional de Grabado, entre otros.
Ayer la pintora Diana Dowek lo recordaba: “En los 70 fuimos compañeros en el Partido Comunista Revolucionario. El estuvo ahí hasta los 80. Se fue un gran artista, una gran persona y un intelectual. Era un pensador.” Perteneciente a la escuela de los grandes grabadores argentinos, Brickles miraba el mundo con grandes ojos críticos. Y rescataba de él a los personajes marginados. Su última exhibición estuvo dedicada a Roberto Arlt –un autor al que admiraba desde su juventud– y a su libro, Los siete locos. Fue expuesta en la Fundación Alon, en el MAT –Museo de Arte del Tigre– y en la Casa de la Cultura de Vicente López, durante este año y el 2011.
En ella se podía ver muy claramente eso que caracterizó siempre a su obra: sus xilopinturas, obras pintadas sobre una matriz de madera tallada con gubias, como si se tratara, en realidad, de grabados.
“Porque Hipólita hubiera querido moverse en un universo menos denso, en un mundo liviano como una pompa de jabón donde la materia no estuviera sometida a la gravedad”, escribía Arlt e ilustraba Iglesias Brickles. Y así lo queremos recordar: con sus deseos “livianos”, brillantes, para un mundo difícil y de los bajos fondos. Y con sus maravillosas xilopinturas pretendiendo ser jabones, burbujas llenas de gestos, de vida, de color. Ellas siempre seguirán habitadas por los personajes captados de Arlt, y por el propio Iglesias Brickles.
Sus restos fueron velados ayer a la noche en el Palais de Glace, y serán despedidos hoy a las 9:30, en el cementerio de la Chacarita.
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