Asunto Impreso

En la edición 2003 de ArteBA se vendieron más de 900 obras

Los organizadores creen que podrían ser mil al cierre de la feria, contra ochocientas de la edición anterior. Hasta ayer pasaron 85.000 personas. Rómulo Macció fue uno de los artistas que más vendió.

Una feria como ArteBA se puede "leer" de muchas maneras. Para la mayoría de los 85.000 visitantes (hasta ayer) que llegaron hasta el Pabellón B de la Rural y pagaron los 8 pesos de entrada, fue un paseo. Para los galeristas, en cambio, fue la oportunidad de vender: para el viernes, se habían vendido 927 obras y muchos stands agotaron su oferta.

Así, la feria tuvo sorpresas para todos los gustos. Por caso, los 5.000 pesos que pagó Mauro Herlitzka —un conocido coleccionista— por "El Maletín", una obra de la cooperativa emergente tucumana El Ingenio. También, el apoyo del Grupo Orígenes que adquirió obra de tres artistas jóvenes: Guadalupe Miller, Pablo Peisino y Marcelo Cusenza. En el otro extremo estuvo el maestro Rómulo Macció, quien según la galería Dharma vendió cinco obras, con un pico de 80.000 dólares por Los caballos de San Marcos y el resto a precios que van de 50.000 a 65.000 dólares cada una. En los corrillos de la Feria se sindicaba a Mariano Grondona como uno de los compradores. Macció, que vendió obra por 250.000 dólares, es el artista que movió mayor volumen de dinero.

Luego están los casos de Roberto Aizenberg, Pérez Celis, Alberto Greco, Miguel D'Arienzo y Leónidas Gambartes, que vendieron obras por precios que fueron entre 18.000 y 8.500 dólares. Entre las galerías emergentes, Elsi del Río tuvo la suerte de que el vicepresidente de la Nación, Daniel Scioli, eligiera una obra de José Luis Anzizar —pagó 3.000 pesos por Un grito del corazón— contribuyendo así a vender casi todo lo que expuso.

Esta feria también emitió mensajes desde cada stand. Mientras el del Fondo Nacional de las Artes exhibió 50 obras de artistas de la década de 1990, la Fundación Banco Provincia mostró en "El lápiz del maestro" a artistas bonaerenses como Pettoruti, Grippo y Orensanz. "La pintura y la literatura se parecen en algo, uno puede empezar leyendo historietas y luego pasar a cosas más complejas, un cuento de Borges o una novela de Dostoievsky. En pintura es parecido, uno empieza conmoviéndose con un paisaje cordobés y de pronto descubre el Cubismo. Pero yo no le doy patente de artista a los jóvenes sólo por serlo", opinó Alvaro Castagnino, quien fue miembro del jurado de ArteBA 2003 y preside la asociación de galerías.

"La clave para resolver la cuestión del gusto es la calidad, Torres García pintaba en 1919 obras que aún hoy son arte contemporáneo. En esta edición de la feria no olvidamos a los consagrados, se vieron obras de Berni, Alonso, Macció, Greco, Gambartes, Badii, Spilimbergo", dijo Jacobo Fiterman, asesor de la Fundación ArteBA. En el stand de la galería uruguaya Sur, por caso, salieron dos obras del envío de Antonio Berni a Venecia en 1962.

El stand de Jorge Mara, que vendió a más de 10.000 dólares varias obras de Sarah Grilo, Alberto Greco y Mario Pucciarelli —artistas del Informalismo de los años 50 y 60— destacó que "el perfil de los nuevos compradores fue clave, está volviendo cierta clase media profesional. Esta gente prefiere la pintura antes que las técnicas alternativas o las instalaciones. Es una tendencia que también se nota en Europa".

La vuelta a la pintura fue una clave de esta edición. La galerista Roxana Olivieri presentó aquí un libro sobre la vida de Carlos Alonso y expuso una pintura suya de gran formato, Inauguración, cotizada a más de 270.000 dólares. El mural se fue sin comprador y se podrá ver en la galería Ro Art por dos meses. Olivieri lamentó que ninguna institución pública aceptara quedarse con el enorme cuadro.

Mario Gilardoni, de la revista Trastienda, que lleva estadísticas del mercado de arte desde 1984, aseguró: "Ganó la pintura y eso es claro por las tendencias de compra. Un pintor figurativo de la "escuela de La Boca", José Luis Menghi, vendió 21 cuadros a precios que van de 1.500 a 3.000 dólares, no es poca plata. Si las ventas no fueron tan fuertes es porque faltaron obras de Quinquela Martín, por ejemplo".

Para la directora de la Feria, Marta Patrón Costas, los números son distintos. "Creo que al cierre llegaremos a las mil obras mientras que el año pasado no pasaron de las ochocientas y la mayoría de los precios fueron en dólares ".

"En promedio, el 40 % de las ventas favorece a artistas emergentes, el 50 % a creadores con trayectoria y el 10 % a maestros consagrados", comentó Marga Macaya, otra de las responsables de la feria. Al respecto, destacó que "vendieron bien" artistas como Remo Bianchedi (30 cuadros de "La serie Gilgamesh"), Antonio Seguí, Raúl Lozza, Luis Benedit, Nora Correas y Raúl Díaz.

"Muchas obras en esta feria parecían souvenirs sin valor artístico. Pero ArteBA no es un museo, es un negocio", opinó la galerista Florencia Braga Menéndez. En la feria ella expuso, entre otras cosas, al grupo Mondongo, con un retrato en vidrio del príncipe Felipe de Borbón. La obra llegó a la feria ya vendida, adquirida nada menos que por la familia real española.

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