Asunto Impreso

Los utópicos y los contrautópicos

Por F.L. / Una tesis académica publicada el año pasado dio pie para la producción de una muestra sobre utopías urbanas.

La exposición Ciudad, arte y utopías, que se presenta en la Casa de la Cultura (antigua sede del diario La Prensa), forma parte de la séptima edición de Estudio Abierto, organizado por la Secretaría de Cultura del Gobierno de la Ciudad en el marco de la conmemoración de los 110 años de la Avenida de Mayo.


De las tres sedes de Estudio Abierto (las otras dos, que terminaron el domingo último, fueron los sótanos del Pasaje Barolo y la planta baja del edificio de la Confitería del Molino), la exhibición de la Casa de la Cultura es la única que sigue hasta fin de año y que constituye una muestra de tesis.
Se trata de una muestra de tesis porque está basada en el libro Arte y Utopía, la ciudad desde las artes visuales, publicado por Asunto Impreso Ediciones, Buenos Aires, al cual este diario le dedicó una página en enero pasado. El volumen da cuenta de las investigaciones llevadas a cabo por María Gabriela Hernández Céliz, María Soledad García, María Florencia Suárez Guerrini, Berenice Guastavino y María de los Angeles Rueda (quien coordinó la edición).


Ciudad, arte y utopías reúne a varios de los artistas que pensaron el arte en relación directa con su trama urbana, y se compone de dos partes. Una que responde de manera más o menos directa a la tesis del libro, la otra La ciudad del comic, es una muestra complementaria y contrautópica en la que se presenta una antología de historietistas argentinos de la segunda mitad del siglo XX, quienes pensaron, dibujaron y guionizaron una Buenos Aires fantasmagórica e inquietante que quedó impresa en revistas, diarios y libros.


La primera sección (en el segundo subsuelo) incluye obras de Gyula Kosice (1924), Dino Bruzzone (1965), Sebastián Gordín (1969), Fabiana Barreda (1967), Julio Le Parc (1928), Grupo Escombros (creado en 1988), Edgardo A. Vigo, (1928-1997), Héctor Puppo (1942), Leandro Erlich (1973), Esteban Alvarez (1966) y Jorge Macchi (1963). Se trata de una obra que, salvo excepciones, fue casi toda vista y expuesta con anterioridad. Un caso especial lo constituye la obra de Julio Le Parc, Un día en la calle, que el autor hizo originalmente en 1966 con el célebre grupo Grav (Groupe de recherche d’art visuel) y fue especialmente reconstruida para esta muestra. 


“Una serie de obras y discursos artísticos dentro del arte argentino (tanto en las tradicionales artes plásticas, como en los lenguajes visuales ‘no tradicionales’) –escribe María de los Angeles Rueda– han construido sus poéticas y enunciados artísticos en el camino a una reformulación del espacio urbano; lo antedicho se pone de manifiesto en la temática de la ciudad y el ambiente usado tanto como rasgo retórico como enunciativo; de otra forma, más contemporáneamente, se producen una serie de acciones que alteran o modifican el modelo e imaginario urbano vivenciado, en particular a fines de los ‘50 con las primeras experiencias de acción llevadas a cabo por Alberto Greco, luego Héctor Puppo, Edgardo Antonio Vigo y sus señalamientos, o Julio Le Parc convirtiendo la calle en un espacio de juego y compromiso, más tarde Escombros y los Colectivos de arte.”


Se trata de una muestra de arte político en el sentido más amplio, en relación con las visiones de la polis, sus futuros hipotéticos, sus proyecciones, alternativas y desechos. Esta parte se divide en tres núcleos, La ciudad proyectada, La ciudad revisitada y La ciudad y los restos, relacionados, respectivamente, con la idea de futuro y planificación urbana; recorridos y desplazamientos ciudadanos y, finalmente, con su memoria. 


La segunda sección (en el primer subsuelo), las historietas clásicas El Eternauta de Héctor Oesterheld, Alberto Breccia y Francisco Solano López;Bárbara, de Ricardo Barreiro y Juan Zanotto; Caín, de Barreiro y Eduardo Risso; Tango, de Hugo Pratt y Evaristo, de Sampayo y Solano López. También se incluye Las aventuras de Recontrapoder, de Nahuel Rando y Luis Felipe Noé –basado en un texto escrito por Noé en los años ’70– y la producción más reciente, de Daniela Kantor.


La Buenos Aires imaginada por los historietistas es en general ominosa, está invadida por extraterrestres, dominada por corporaciones, arrasada por la degradación y la contaminación.


La parte referida al comic es documentalmente interesante, pero su montaje empalidece notablemente ante la sección principal, porque el lugar “natural” de estas obras es el de la revista y no el de la gigantografía. En este sentido, se trata de lo más previsible de la exposición.


Ciudad, arte y utopías también cuenta con una sección fotográfica ad hoc, en donde se pueden ver, en general, muy buenos trabajos de Diego Alvarez, Erica Bohm, Alberto Goldenstein, Geraldine Lanterni, Luciano Lasca, Esteban Pastorino, Res, Roxana Schoijett, Juan Travnik y Facundo de Zuviría.
La exposición está curada por Ana María Battistozzi y la colaboración es de Eleonora Molina, Marcelo Grossman y Diego Marinelli. 
(En la Casa de la Cultura. Av. de Mayo 575, primer y segundo subsuelos, hasta fin de año.)

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