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Sorpresa en cuarentena: los libros por delivery se venden más de lo esperado

La entrega a domicilio les permitió a los libreros salir momentáneamente de la inactividad, con un volumen de circulación. ¿Una modalidad que seguirá después del aislamiento?

La compra de un libro debe mucho a la vivencia presencial: la entrada a la librería suele ser parte de un paseo que, con suerte para el librero y para el lector, derivará en ese hallazgo muchas veces inesperado con un nuevo título que nos tiente a leer (o a regalar), después de tocar, hojear, oler los ejemplares de papel. Los dueños de los locales son los primeros que lo saben.  

Pero la cuarentena obligatoria plantea un desafío inédito y, con las persianas bajas, los obliga a reinventarse: con el principal caudal de ingresos en suspenso, la mayoría de ellos ensaya la dinámica del delivery de libros, desde que el 13 de abril fue autorizada la venta de libros por Internet con entrega a domicilio.

Ahora, y tras lanzar una convocatoria para que los vecinos de los respectivos barrios compren y también regalen libros mediante el sistema de envíos, los dueños de los locales se llevan la grata sorpresa de que venden más de lo que esperaban: si bien subrayan los porcentajes de venta a domicilio están todavía muy lejos de equipararse a lo que venden con sus librerías abiertas, la mayoría de los consultados refiere que sus expectativas iniciales se vieron superadas. Buscan así seguir activos, cubrir sus gastos fijos y cumplir con la cadena de pagos, gracias a este tipo de iniciativas y al apoyo de sus clientes lectores.  

Así, se las ingenian para hacer frente a este momento: reciben los pedidos vía teléfono, redes sociales o mail, y se encargan de entregarlos ellos personalmente o enviarlos a través de algún servicio de mensajería, respetando los protocolos de seguridad (algunas ofrecen dejar el paquete en la puerta, o en un buzón, para minimizar el contacto entre personas, y otras, como Céspedes libros, hasta incluyen un breve manual gráfico para higienizar el paquete y los libros que éste contenga). En general prefieren recibir los pagos a través de transferencias bancarias o Mercado Pago, antes que efectivo.

Guido Indij, de Asunto Impreso, opina por su parte que “los compradores que van a la librería a buscar un título puntual pueden representar un 15 o 20%, difícilmente más; los demás son aquellos que se llevan un libro porque lo ven y se tientan, de manera que el volumen de la venta online no podría ser significativo, ni lo es en absoluto. Sí creo que es una manera de mantener un servicio".

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